
El triunfo del oficialismo nacional en las pasadas elecciones de octubre desató dos movimientos simultáneos y complementarios que marcan un punto de inflexión en el comportamiento financiero de los argentinos: una venta masiva de dólares que no se registraba desde antes del cepo de 2019 y una notable reducción en el uso de ahorros para cubrir gastos corrientes.
En las primeras dos semanas de noviembre, las ventas netas de billetes por parte de personas humanas ya superan con creces cualquier registro mensual desde que se liberó el mercado minorista en abril. Las estimaciones del sistema financiero indican que el mes cerrará con entre u$s900 millones y u$s1.000 millones vendidos por el público, lo que representa un aumento de entre 60% y 100% respecto del promedio de los últimos siete meses.
El fenómeno invierte por completo la dinámica preelectoral. En septiembre, 1,8 millones de personas compraron u$s5.080 millones; octubre habría sido similar. Ahora, en cambio, las compras se derrumbaron hasta aproximadamente u$s1.000 millones en la primera quincena, cinco veces menos que en los meses previos. Si la tendencia se mantiene, noviembre terminará con compras y ventas prácticamente empatadas, algo que no ocurre desde 2018.
A la baja
“Acá hay una cuestión de expectativas que se dieron un vuelco completo y que es una corriente muy potente”, resumió el director de un banco extranjero líder al portal IProfesional. Parte de esos dólares que hoy inundan el mercado provienen de pequeños ahorristas y pymes que se habían cubierto ante un eventual salto devaluatorio que finalmente no ocurrió. El dólar blue, que el domingo posterior a las elecciones cotizaba por encima de $1.450, hoy ronda los $1.400.
El aluvión de divisas se refuerza con el boom de emisiones corporativas: diez empresas de primera línea ya colocaron u$s3.150 millones en Obligaciones Negociables a tasas de entre 7,6% y 10,7%, la mitad de ellas del sector energético. Ese dinero ingresa al mercado y contribuye a la presión bajista del tipo de cambio en un momento de muy baja liquidación del agro.
Paralelamente, los hogares muestran señales de alivio financiero que no se veían desde hace dos años. Según el último informe de Empiria Consultora, basado en la Encuesta Permanente de Hogares, en el segundo trimestre de 2025 solo el 35% de los hogares argentinos recurrió a ahorros para cubrir gastos corrientes, la cifra más baja desde finales de 2023 y una caída significativa respecto del pico cercano al 40% registrado a comienzos de 2024.
Fuentes de financiamiento
Aunque el dinero que queda después de pagar servicios, expensas y alquiler sigue 3,8% por debajo de noviembre de 2023, en septiembre logró crecer 6,8% interanual real y la tendencia continúa. “Objetivamente que usen menos ahorro es marginalmente bueno”, señaló un economista que sigue de cerca la serie, de acuerdo a lo señalado por el diario La Nación.
La mejora no es homogénea. Los hogares de mayores ingresos complementan sus salarios con rentas de alquileres (7,3% lo declara) y crédito bancario o tarjetas en cuotas (dos tercios lo utilizan). En cambio, en los sectores de menores ingresos la principal fuente de financiamiento sigue siendo la red familiar o de amigos (22,5%), mientras que solo el 14% accede a préstamos formales.
“La caída se explica porque mejoran levemente los salarios, porque hay más acceso al crédito y porque las familias resignan consumos”, explicó Federico González Rouco, uno de los autores del informe de Empiria.
En este contexto, el Gobierno prepara para las próximas semanas el relanzamiento del proyecto de “inocencia fiscal” que elevaría de $1,5 millones a $100 millones el monto a partir del cual declarar tenencia de dólares no justificados constituye delito tributario, y de $15 a $1.000 millones para la figura de evasión agravada. La iniciativa busca captar precisamente aquellos billetes que ahora están volviendo masivamente al sistema bancario.
Dos caras de la misma estabilización: los dólares que se habían escondido bajo el colchón por miedo regresan al circuito formal, y los hogares, aunque todavía ajustados, ya no necesitan quemar ahorros para llegar a fin de mes.